Origen de La Manga
Don Manuel Coronado un señor de 96 años, con una memoria impresionante, una voz clara y fuerte, y lo mejor de todo con una salud envidiable, nació en Nácori Grande en 1920, pero llegó a la Manga siendo casi un niño, don Manuel nos comenta que entonces solo había unas 8 o 10 casitas muy separadas entre sí.
Bien recuerdo que aquí en la Manga había un lago o mejor dicho un represo a donde las bestias venían a tomar agua y pues también nosotros lo aprovechábamos para bañarnos y muchas veces hasta para proveer agua a nuestros hogares, esos tiempos eran preciosos, nos comenta; pus dice que había muchos caballos, mulas, burros y machos que nacían y se criaban solos en el monte, pero cuando era época de vender las bestias los dueños las encerraban en sus corrales y los marcaban cada quien con sus fierros, después de eso los llevaban arriado hasta la pera del ferrocarril para cargar los furgones con una inmensidad de animales que eran llevados al sur del país.
Sobre el nombre de la Manga nos cuenta que nació, porque el camino al lago asimilaba la forma de una manga de camisa. No hay una fecha exacta para la fundación de la colonia la Manga, de lo que si existen indicios que este poblado ya existía en 1805, también hay señales de sus habitantes a mediados de de los años 1800 y desde luego a inicio de los 1900 en tiempos revolucionarios; sin embargo como ejido se fundó alrededor de 1938-39 en ese entonces la “Manga” era una ranchería con pocas familias que vivían de la crianza de su ganadito, la ordeña y de la pequeña agricultura. Don Manuel nos platica acerca de la escuela primaria.
Eran tiempos de Luis Encinas (padre) era presidente municipal en 1931, un día llego y nos dijo:
-Ustedes consíganse cada quien dos bloques y yo e encargo de lo demás, y así fue, la escuela en poco tiempo ya estaba, claro, no como está ahora pero eso nos evitó ir hasta la escuela del Llano que siempre está algo retiradito.
En ese entonces no había presa, pero eran pocas las milpas de los ejidatarios que se sembraban y la demanda mayor de agua era para las huertas de Hermosillo que la mayoría era de los Pavlovich mismos que regaban con las acequias tradicionales de aquellos años. Fue en el año de 1950 que la famosa laguna se cerró, pero el cuidado de ganado, la ordeña y elaboración de quesos continuó como hasta ahora.
Después de fundar el ejido en el 39, 10 años después se abrió la presa Abelardo L. Rodríguez y debido a esto, los ejidatarios pudieron garantizar las cosechas con más rendimiento y la vez la crianza de sus animales con más seguridad. También llegaron otras empresas a las cuales sus pobladores se emplearon como fue el Mezquital del Oro, las despepitadoras de algodón, Pedro Domec y por su puesto el aeropuerto internacional de Hermosillo que se inauguró en 1953.
Don Manuel nos cuenta que al sur de la Manga se encontraba una hermosa hacienda llamada Alto que perteneció a don Manuel Monteverde, y por allá en los años 30 y 40 eran unas de las pocas partes donde se podía trabajar, (sonríe pícaramente, y sacude su cabeza en señal de negación) – que bárbaro, pagaba el señor Monteverde nueve pesos a la semana, solo alcanzaba para unos frijolitos pero que hacíamos pues?... nadie más ofrecía trabajo –nos comente.
Aún en los años 70 y 80 la Manga era una ranchería donde la gente tenía sus ordeñas en el corral de la casa, las carretas tiradas por mula o caballo abundaban y el taste de pelota era un lugar de reunión de sus pobladores domingo a domingo; no podemos dejar de mencionar los inolvidables bailes de la Manga donde se juntaban la más bella chicas en edad de bailar de todo Hermosillo.
De los apellidos de residentes de la Manga podemos mencionar a los Cota, Juzaino, Coronado, Murrieta, Corrales, Rodriguez, Corrales, Arvayo, Moreno, Leones, Maciaca, Acedo, Franco y algunos más que nuestro conocimiento y memoria no nos da, pero de seguro usted amable lector podrá ayudarnos, así como de partes emblemáticas de este bello lugar y algunos personajes que hacen de la Manga un lugar bello y diferente para vivir con tranquilidad.
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